Incompetencia,
críticas, abusos, viajes, mentiras y desobediencia a la ley es lo que tiene en
su primer año de aprendizaje el señor subpresidente de Colombia Iván Duque
Márquez. Quien en la primera vuelta presidencial fue elegido como candidato
presidencial del uribismo por medio de un acto vergonzoso de fotocopias bajo
una coalición de tres candidatos compuestos por él, Marta Lucía Ramírez y
Alejandro Ordoñez Maldonado.
Y durante los sucesos
de la segunda vuelta presidencial en Colombia, el pasado 17 de Junio a las 4:30
de la tarde en los noticieros daban por “ganador” a Duque sin siquiera abrir
las cajas donde estaban los votos de los colombianos, y más que todo los
formatos E-14 habían sido alterados. Días después de lo ocurrido, empezamos a
protestar en contra de este nuevo gobierno que viene con el fin de acabar con
el proceso de paz, regreso de los falsos positivos, discriminación a los que
piensan diferente y terrorismo desde su polémico y climático posesión el pasado
7 de Agosto de 2018.
Pero como siempre los
saboteadores siempre están abusando del más débil, y ha sido así desde que
Álvaro Uribe Vélez llegó al poder en 2002. Pero este personaje sigue gobernando
en cuerpo ajeno, y usa a Iván Duque como su títere desde que se posesionó en la
Casa de Nariño y siendo su “papi” Uribe ha defendido y ha criticado a sus
opositores y a la prensa extranjera por su pésima gestión como presidente,
verán que ese señor es un incompetente, cínico, mentiroso y un gran
influenciador para hacer memes con su cara y presencia de cinco centavos.
Medios importantes
como “The New York Times” y “The
Economist” han criticado al actual presidente de Colombia con:
“Los colombianos somos
hijos de dos mitos: la lealtad a la familia y el querer ser de Miami. Y nuestro
presidente Iván Duque los expresa muy bien. Obediencia debida a su inflexible
padre Álvaro Uribe, simpatía juguetona
con su chistoso tío Donald Trump.
En toda familia
siempre hay un hijo sonso, pero con suerte. Y en la familia colombiana ese es
nuestro presidente Duque. Un hombre sin atributos con buena suerte (o mala, tal
vez) que llegó a ser presidente y se ha convertido en la oda a la nada. Tanto
que no da ni para reportajes periodísticos, lo máximo que logra es ser motivo de memes. Y como todo hijo
bueno, Duque vive de querer parecerse al padre Uribe e intentar ser díscolo
como el tío Trump.
O escritos también como: “Duque necesita salir de la sombra de su padrino
político, el senador Álvaro Uribe, porque aunque tiene tiempo para convertirse
en un buen presidente, el reloj no se detiene”
Y ya se cumplió un
año desde que llegó a la presidencia y que ha hecho hasta ahora. Viajar,
malgastar nuestro dinero, embolatar leyes de suma importancia y sabotear
debates. Y sus contendientes en primera vuelta ahora son vicepresidenta de
Colombia y Embajador de Colombia en la OEA, todo eso a cambio de favores; sin
embargo, ha sufrido y sobrevivido dos mociones de censura de los ministros
Alberto Carrasquilla y Guillermo Botero que ocupan los ministerios de Hacienda
y Defensa. Pero también ha sido controversial la ministra del Interior Nancy
Patricia Gutiérrez, quien en su antecedente lleva una investigación archivada
por paramilitarismo y hoy en ese cargo ha sido polémica por sus decisiones.
Éste gobierno es y
será un desastre, porque le vale un comino lo que pase con los líderes
sociales, la subida del desempleo, el fracking, la tala de árboles masivo, los
ascensos a militares involucrados en casos de falsos positivos, el aumento del
dólar, eliminación de visas y el recibir a artistas que tienen relación
personal con Iván Duque. No obstante, a él se le olvida que es un títere, un
incompetente, un fracasado, una persona con problemas para decir la verdad,
entre otras cosas.
Y como olvidar esos
días cuando le cantan la verdad en la cara, un ejemplo: ese día que estuvo en
el departamento de Nariño el gobernador Camilo Romero le dijo todo lo que necesita
hacer el subpresidente para ignorarlo mientras revisaba su celular. Ese día
salió humillado de su taller Construyendo País, que para mi punto de vista es
un chiste el jugar con la ilusión de los colombianos, ya que Uribe lo ha estado
haciendo cuando estaba en la Casa de Nariño. Pero Duque con sus embarradas
intentó tumbar seis objeciones de la JEP, la reforma tributaria a la gaseosa y
a la cerveza, cosa que a mí no me afecta en nada porque ni soy adicto a la
gaseosa ni soy un alcohólico.
Pero digamos las
cosas como son, el pasado 5 de Abril señor Richard Maok entregó hace ya 133
días las pruebas de la infiltración paramilitar en Colombia y nosotros con este
presidente con cara de cerdo que tenemos completamos hoy 369 días y no ha hecho
nada por el país y mientras tanto los líderes sociales todos los días son
asesinados.
Gilberto Tobón,
analista político ha destruido a este personaje de unas maneras constructivas y
argumentables que a su jefe Uribe no le gustan, dijo en uno de ellos hablando
de la política en general: “El país no se quiere reformar, no quiere cambiar,
quiere mantener ese estado de corrupción. Porque la corrupción es la raíz que
rige en Colombia, y los políticos en vez de estar en prisión; pagan sus
condenas en sus mansiones, lo que es la casa por cárcel”.
En la ONU sus
miembros han debatido sobre lo que ocurre aquí en Colombia, los casos más
sonados recientemente han sido el fraude electoral, la incompetencia de Iván
Duque y el asesinato de líderes sociales hace menos de un mes. En cuanto a la
Corte Penal Internacional ha hecho los cruces de información que recién
adquirieron con todas las pruebas que han recibido en los últimos años, y hemos
estado esperando pacientemente, algunos no tienen esa paciencia y han
desarrollado el conformismo de ver cómo es que este país se suma en la
inviabilidad.
Y tengo que terminar
diciendo lo siguiente: la eternidad es una maldición, las dictaduras caen, le
pasó a Pinochet, le pasó a Hitler, le pasó a Fujimori que aunque él no ha
muerto, los fantasmas de su pasado lo persiguen. Pero Álvaro Uribe Vélez tiene
en su prontuario más de tres millones de asesinatos y 270 investigaciones, pero
su marioneta lo acompañará a la cárcel, donde pertenecen los corruptos de este
país. Y espero también ver a las familias de todos ellos encerrados, porque no
quiero verlos en las calles.
Colombia exige
justicia ahora mismo, y si usted se quiere quedar acostado en su cama como
roban al país, eso lo hace a usted cómplice de los corruptos.
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