Han pasado 70 días desde que Richard Maok conocido como el “Hacker de la Fiscalía” entregó las pruebas de la infiltración paramilitar a la Corte Penal Internacional en la sede de La Haya, Holanda. Durante 20 años ésta peste, ésta basura, éste desperdicio de esperma y de persona ha hecho una sola cosa con tal de ver sufrir a un país entero, destruirlo, regalarlo, privatizarlo y expropiando a
los ciudadanos con leyes y decretos para su propio beneficio.
Hablo aquí de ÁlvaroUribe Vélez, un ser que sufre un trauma paternal desde los 30 años, a esa edad perdió a su padre. Un narcotraficante que según sus propios hijos fue asesinado por las FARC en 1983. Un año antes era Alcalde de Medellín y era gran amigo de Pablo Emilio Escobar Gaviria, en esos tiempos fue el mayor capo de Colombia. Y gracias a los favores que hacía de sacar su droga cuando tenía de director de la Aerocivil se hizo rico con cada cargamento que sacaba.
Durante su recolección de dinero, creó a las Autodefensas Unidas de Colombia, con la alianza del expresidente de Colombia César Gaviria Trujillo crearon las Convivir, aprobaron la nefasta Ley 100 y cuando fue gobernador de Antioquia, Uribe Vélez creó Hidroituango, dio orden de ejecutar los genocidios de varios municipios teniendo a merced a los paramilitares. Entre ellos, las masacres de Mapiripán, El Aro y sin olvidar los demás genocidios.
En 2002, cuando se posesionó como Presidente de Colombia ejecutó la infiltración paramilitar de las cual el Ejército, la Policía, el INPEC, la Corte Suprema de Justicia, la Fiscalía y en ese entonces el DAS y el Congreso de la República. Durante 8 años se vivió un gobierno donde el terror y la represión se vivían todos los días; sin embargo, iba a llegar a un tercer en 2010 pero las altas cortes se lo impidieron.
Y en la actualidad, Álvaro Uribe Vélez sigue libre, con impunidad, manejando como un títere al actual Presidente de Colombia y desesperado por destruir la JEP y el proceso de paz con las FARC.
Su juicio ante la Corte Penal Internacional es inevitable...
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