14 de Junio, 1983.

El día que inició el odio del hoy senador Álvaro Uribe Vélez cuando su padre Alberto Uribe Sierra fue asesinado supuestamente por los disidentes de las FARC. Pero lo que sus seguidores no saben es que los mismos narcotraficantes fueron quienes dieron fin a su vida en la Hacienda Guacharacas.

Alberto Uribe Sierra, un reconocido narcotraficante en su tiempo, quien le otorgó licencia a muchos de los pilotos de los narcos, cuando su hijo fue director de Aerocivil. Uribe estuvo detenido en una ocasión para ser extraditado, pero un conocido suyo bajo el nombre de Jesús Aristizabal Guevara, en ese entonces secretario de Gobierno de Medellín, logró que lo pusieran en libertad y seguir haciendo de las suyas impunemente.

Y cuando llegó el día del entierro de Uribe Sierra, asesinado cerca de su finca en Antioquia, asistió el entonces presidente de la República, Belisario Betancur, quien fue él mismo quien destituyó a su hijo cuando fue Alcalde de Medellín en 1982 y buena parte de la crema y nata de la sociedad antioquena. En medio de veladas protestas de quienes conocían sus vínculos con la cocaína.

Cabe recordar que Uribe Vélez siendo director de dicha agencia ayudó a Pablo Escobar Gaviria a sacar sus cargamentos de cocaína hacia los Estados Unidos. Y es que en la foto que ustedes verán se ve al señor Alberto Uribe Sierra hablando quien con Gonzalo Rodríguez Gacha, conocido como “El Mexicano”, quien sabe de que...

Sabiendo esto, tuve que basarme en el libro “Los Jinetes de la Cocaína” del señor Fabio Castillo y de un reporte hecho por el senador Iván Cepeda Castro que entregó al portal “Las 2 Orillas” hace 4 años y medio.

Así que para que describir más a éste personaje que engendró al peor ser de la historia colombiana que lo único que ha hecho en toda su vida es vivir impune como Alcalde de Medellín, Gobernador de Antioquía, Presidente de Colombia durante 8 años y culpar de la muerte de su padre a las FARC, me parece en lo más retorcido y patético que ha hecho un hombre que desarrolló un trauma paternal a la edad de 30 años.

Saben, si leíste completo esta pequeña columna, es porque el llamado #82 debe pagar por sus crímenes, y entre los círculos de la violencia, el fraude y la traición residirá él y todos sus miembros del partido Centro Democrático.
#UribeAnteLaCortePenalInternacional